Gestión y actividad inmobiliaria

Carlos Barrero, director y consultor de BL&Cia – Barrero Larroudé, reflexiona sobre la idea de medir la actividad inmobiliaria dentro de la gestión de la empresa agropecuaria.

Puede observarse en algunas publicaciones la idea de medir, dentro de la gestión agropecuaria de la empresa propietaria de inmuebles rurales, a dicha la actividad inmobiliaria como un costo más de la misma.

Considero que es difícil vincular la actividad inmobiliaria a la gestión de la actividad agropecuaria, porque, en la actividad inmobiliaria no hay ninguna gestión.
La tierra si bien tiene un deterioro que deriva en un costo para mantener su fertilidad (costo de los nutrientes), y que debe ser reconocido, por sí misma no representa algo que mejore o empeore la gestión.

En cambio, cuando se realiza un contrato de arrendamiento para alquilar un campo, en este caso, si se vincula al hombre con la tierra y entonces el arrendamiento será parte de la gestión.
Se considera empresa desde el punto de vista económico: una unidad económica que combina recursos (trabajo, capital, tecnología) para producir bienes o servicios destinados a la venta, buscando maximizar sus beneficios. Especialmente subrayo al trabajo dado la relevancia que tiene lo humano en la empresa.
Por otra parte, se considera actividad agropecuaria, la producción de bienes económicos a partir de la combinación del esfuerzo del hombre y la naturaleza, para favorecer la actividad biológica de plantas y animales.

Es por ello por lo que la actividad forestal sobre bosques naturales, la minería, la pesca extensiva como la actividad con productos agropecuarios después de la recolección, cosecha o faena etc. no son consideradas actividades agropecuarias.
Para ello debemos entender que se entiende por empresa, como unidad-objeto de la gestión, dado que la gestión involucra necesariamente al ser humano.
Si el objetivo es la comparación entre dos empresas agropecuarias, una propietaria y la otra que alquila, podrían realizar la comparación excluyendo del resultado de la no propietaria, el importe del arrendamiento.

En definitiva, nuestra opinión es que no debería incluirse la actividad inmobiliaria para medir la gestión de la empresa agropecuaria.

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Carlos Barrero
Director y Consultor de BL&Cia – Barrero Larroudé
Photo by Natanael Laguna on Unsplash

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