Por una plaga mundial, se abre una gran oportunidad para que la Argentina exporte más cítricos.

El desplome de la oferta en los principales proveedores abrió la puerta a un sector con potencial de crecimiento en el país. Aunque faltan condiciones macro, productores e industrias ya están movilizando inversiones.

La producción mundial de naranjas atraviesa una crisis estructural desde hace ya algunos años por culpa de una enfermedad incurable, el HLB, que literalmente mata a las plantas afectadas. Pero desde fines de 2023 la situación empeoró y mucho. Y recordando aquel proverbio oriental según el cual toda crisis también entraña una oportunidad, esta vez las puertas parecen abrirse para los productores y exportadores argentinos.

En un mercado global en el que se derrumbó la oferta de jugo de naranja concentrado, justamente por falta de fruta en los principales productores, el precio internacional del jugo se incrementó casi 200% en menos de un año. Como la demanda es sostenida, en gran medida por la industria de gaseosas y bebidas sin alcohol, los big players empezaron a buscar otros proveedores y allí muchos empezaron a mirar a nuestro país.

La presencia de HLB (Huanglongbing o literalmente la “enfermedad del dragón amarillo”) afecta a las plantas de cítricos (limón, naranja y mandarina) generando deformaciones en los brotes y afectando a las frutas, que cambian de coloración. Pero lo central es que la enfermedad es incurable y termina matando a la planta, pero además se propaga a otros ejemplares a través de brotes sanos.

Luces amarillas

Las alarmas se encendieron hacia fines de 2023 cuando Brasil, que representa el 70% de la producción mundial de jugo de naranja concentrado, declaró que el 38% de sus plantaciones, con foco en el Estado de Sao Paulo, estaba afectado por HLB. Y la situación llegó a crisis a nivel global el pasado 10 de mayo, cuando el vecino país anticipó que esta campaña la producción de jugo de naranja sería un 24% menor a la del año pasado.

Antes de la crisis Brasil producía unos 16 millones de toneladas de fruta para jugo concentrado, pero ya el año pasado bajó a 12,5 millones y este año rondaría los 9 millones de toneladas.

El punto es que los otros dos grandes jugadores en este mercado, también están padeciendo el HLB y merma fuerte su producción de fruta fresca. El Estado de Florida en Estados Unidos, que por años lideró el mercado, en los últimos 15 años vio caer su producción de 4,5 millones de toneladas de fruta (especial para jugo) a 450.000 toneladas, o sea perdió el 90% de su producción. Y México, producirá este año 4,15 millones de toneladas, 30% menos que en 2023.

Precios disparados

“El jugo de naranja concentrado es un commodity, y reacciona a la evolución de la oferta. Así, desde septiembre de 2023 pasó de US$ 2.000 la tonelada a casi 6.000 millones”, señaló Walter Scotton, gerente Comercial y Logístico de la Unidad de Negocios Frutas y Jugos de Ledesma, líder en industrialización y exportación de jugo de naranja concentrado en el país.

Para Scotton “estamos en un pico histórico de precios y es lógico que en algún momento tiendan a estabilizarse”, no obstante, lo haría en niveles más elevados que al comienzo de la crisis.

En el mundo de los cítricos el rey indiscutido es el limón, en el que Argentina es un gran exportador, con base en la producción en Tucumán, Salta, Jujuy y Catamarca. En cambio, los cítricos dulces, naranja, mandarina, pomelo, tienen a Entre Ríos y Corrientes como principales productores, aunque también se produce en el NOA.

“Hoy el mercado está garantizado, la demanda está solida y la situación estructural del sector no va a cambiar en los próximos”, considera Scotton y aclara que “hace falta invertir en plantas industriales”.

Aquí es donde el NOA parece picar en punta, dado que cuenta con varias plantas de industrialización de limón, produciendo jugo concentrado y aceites esenciales. La tendencia será la reconversión de las plantas o una parte de ellas para producir jugo de naranja, algo que ya se está dando.

También se precisará invertir en plantines y destinar decenas de miles de hectáreas a este fin. Y hará falta tiempo, un plazo que los analistas estiman en no menos de 6 o 7 años hasta tener producción para industrializar.

Roberto Varela, gerente Ejecutivo de la Cámara de Exportadores de Citrus del NEA (CECNEA), explica que en las provincias del Litoral “pueden arrancar proyectos para reconvertirse a producciones desde el punto de vista industrial” y sostiene que en una primera instancia eso podría hacerse con plantas modulares, que podrían estar en operaciones en cerca de dos años.

“Estamos estudiando un proyecto para llevar miles de hectáreas con destino a exportación”, admite Varela, con metas muy ambiciosas. “La idea es llegar a 30.000 hectáreas dedicadas a esta actividad, que podrían dar unas 100.000 toneladas de jugo concentrado”. A valores de hoy – que calculó en torno 4400/4500 dólares la tonelada- se generarían unos US$ 440 millones en exportaciones.

Economía y Negocios

Consultado sobre los países que hoy demandan jugo, Walter Scotton recordó que los mercados premium son Estados Unidos y la Unión Europea, especialmente Alemania, donde operan traders que actúan como hub para llegar a otros con la mercadería que ingresa por el puerto de Rotterdam (Países Bajos), y desde allí ir a España, Italia, Francia o quedar en Alemania.

Un punto importante es que la actividad no paga retenciones, porque es una economía regional, pero los vaivenes económicos golpean y mucho. “Los últimos años fueron nefastos, en fruta fresca hace 5 o 6 años que tenemos los mismos precios, pero aumentaron los costos internos, con tasa de cambio fija”, explicó Roberto Varela.

“A diferencia de Uruguay -otro productor de cítricos dulces- acá la macroeconomía necesita ordenarse para aprovechar la oportunidad”, remató Varela.

Por su parte, Melania Zorzi, productora y flamante presidenta de la Federación del Citrus de Entre Ríos (FECiER), asegura que “hay precios muy buenos para jugo y en 2024 se ve que estamos con superproducción de fruta para jugo”, en un mercado interno saturado de cítricos con precios muy bajos.

En este punto la apuesta exportadora para Entre Ríos pasa no sólo por el jugo concentrado sino también la fruta fresca y allí el destino apetecido es EE.UU., un mercado que logró abrirse para el limón, pero no para los cítricos dulces.

Zorzi recuerda que “nuestra citricultura es igual a la de Uruguay, pero ellos hace 10 años que están exportando fruta fresca a EE.UU. y nosotros no”. Y sin vueltas explica: “En el mundo de hoy hay que demostrar una determinada seriedad para abrir mercados”.

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Fuente: Forbes Argentina
Photo by engin akyurt on Unsplash

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